Este convenio forma parte del compromiso de la industria láctea hondureña de invertir en el desarrollo económico y social de sus proveedores, ya que, al establecer un programa de control sanitario del ganado bovino de enfermedades como brucelosis y tuberculosis, se protege la salud de los hatos ganaderos de los productores hondureños, mejorando la rentabilidad y calidad de su producción, así como evitándoles enormes pérdidas económicas